jueves, 27 de mayo de 2010

Por verte sonreir...


Cada mañana me despierto, sigo las huellas que deja tu cuerpo en mi cama, y respiro tu perfume.
Sé que hoy no sonará el despertador, se callará solo para dejarte dormir.
Que ni los pájaros piarán por no despertarte, que el sol tratará de acariciar tu rostro a media mañana y se esconderá al anochecer.
Te veo y se me retuerce la voz, no me salen las palabras, me enmudezco a medida que tus ojos recorren mi cuerpo. Y creo que no hace falta hablar, que una sola caricia lo dice todo, me incita a entrar de nuevo en tu vida, a besarte, a quemar la noche a tu lado.
Me da igual que ya sea tarde, que las calles no estén puestas y que no haya salido ni el sol ni la luna, porque yo quiero seguir contigo, hablando de extraterrestres, y de viajes al infinito.
Mi cabeza se marea como si viviera en diversos mundos paralelos, y en cada uno, te quiero de una forma. Eres tan guapa... Dichosos son los ojos que pueden verte. Sí. Dichosa soy yo.

Oh Dios...Ojalá la noche fuera eterna y tú no me faltaras nunca. Viviría por ti como lo hago a menudo. Soñaría contigo y no se haría, si no tu voluntad.
Ojalá todo fuera cierto y no quisieras compartir este mundo sin mi.
Ojalá.
Pero de momento, limítate a despertar...Que la noche ya pasó, y aún añoro tus manos sobre mi cuello y tus labios sobre mi vientre...
Calla. Y bésame.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Ella...


Quizás sea que al despertar te veo y me confundo.
Que al salir a la calle dada de la mano contigo...veo las miradas sucias de la gente que nos rechazan tan solo por parar en la misma acera.
Qué no sé como hacer entender al mundo que no es nada pasajero, que nadie es capaz de explicarme como he llegado a amarte tanto, que no es que esté confundida, ni tenga dudas. Que te quiero, coño. Y eso no lo cambia nadie.
Qué solo al levantarme y mirarte...ahí en la cama, durmiendo cual ángel en silencio, se me quitan las lágrimas que me trae el miedo, porque solo existes tú. ¡Qué se quiten todos de mi camino!
Qué No quiero un hombre en mi vida, ningún Romeo, el príncipe de mi vida, no tiene espada ni va a caballo, tiene nombre de chica. Y en el fondo lo sabéis, que mirar hacia otro lado no es solución,
Solo se trata de acostumbrarse. ¡No te asustes si un día te acuestas enamorada de una tal Cristina...! Porque solo de amor vive el mundo.
Solo de tus besos me alimento, solo sueño con tus brazos rodeándome, y con tus dedos acariciando mi espalda, dando un paseo, recorriendo mi cuerpo. Tú boca besando mi cuello y tus ojos mirándome como si fue el último día en tu vida.
La luna bajó del cielo solo para observarnos.
Te quiero.